La edificación de una sociedad nueva, donde imperasen la justicia y la igualdad, fue una preocupación central entre muchos espiritistas hispanoamericanos de las primeras décadas del siglo veinte y tuvo en MANUEL S. PORTEIRO su más entusiasta y activo propulsor, quien, defendió y promovió la sociología espirita con más visión, argumentación y brillo que cualquier otro pensador contemporáneo, por lo que es justo tenerle como su fundador.
Concepto Espirita de la Sociología y Origen de las Ideas Morales, así como su libro fundamental, Espiritismo Dialéctico, representan la más alta contribución del Espiritismo a la cuestión moral y social. Son páginas impregnadas de sentimientos elevados, en las cuales se analizan magistralmente las causas, materiales y espirituales, que originan los dolorosos problemas sociales y se proponen alternativas para resolverlos, en el marco de una sociedad mejor, asentada sobre los principios cardinales de la justicia, la libertad y la fraternidad.
Se puede apreciar en estos dos formidables ensayos que el creador de la sociología espirita, poseía una visión global del hombre, como Ser espiritual y como Ser social, de la humanidad como un todo, con ideas muy claras sobre el pasado histórico, el presente social y su previsible porvenir. Nadie como él, trató con tanta claridad y conocimiento el problema social desde el ángulo que ofrece la doctrina espiritista, demostrando que sólo ella puede realizar, sobre bases inconmovibles, la justa aspiración de los que sueñan con un mundo mejor.
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